La Basílica de Santa Sofía es una postal de la ciudad de Estambúl, incluso sin haber viajado nunca a la ciudad, podemos reconocer la imagen poque la hemos visto muchas veces.
Se trata del monumento más espectacular del arte bizantino contruído en durante el mandato de Justiniano entre los años 532 y 537.
Sus cuatro minaretes y su cúpula de más de 30 metros de diámetro forman una imagen icónica de la ciudad. Es imposible imaginar a Estambul si la presencia de Santa Sofía.
A lo largo de sus más de 1500 años ha pasado de ser una catedral cristiana, luego mezquita durante cinco siglos y desde 1935 se ha convertido en museo para ser disfrutada por los viajeros de todo el mundo.
Interior de Santa Sofía
Una vez dentro, lo primero que impresiona es el tamaño de la sala principal, además de toda la decoración que es bastante espectacular.
En la segunda planta de la basílica se pueden encontrar diversos mosaicos de gran interés histórico. El mosaico más destacado muestra al emperador Constantino y a la emperatriz Zoe adorando a Cristo.
Además de mosaicos, en la segunda planta también se encuentra la tumba de Enrique Dándolo, duque veneciano que murió en Constantinopla en 1205.
Recomendaciones
Lo mejor es llegar temprano, para eviatar las grandes filas que suelen formararse para ingresar.
Como llegar a Santa Sofía
Sultanahmet, frente al Palacio de Topkapi y la Mezquita Azul. Si te encuentras alejado del centro la forma más cómoda de llegar es tomando el tranvía y bajando en la parada de Sultanahmet. Desde aquí podrás ir andando siguiendo los paneles indicativos ya que se encuentra a muy poca distancia.
INFO
- Plaza Sultanahmet.
- Todos los días de 9:00 a 17:00 horas (desde abril hasta octubre hasta las 19:00).
- Entrada: 30 liras.
Menores de 12 años entrada gratuita.
